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De robos, desmayos y otros sucesos en Transmilenio

Todos los días, todos tomamos el transporte público y en algún momento del día la paciencia no alcanza, empujones, groserías, demasiado ruido, trancones y sin dejar de mencionar a los ladrones quienes me dieron la "inspiración" para escribir hoy.


Por estos días de parciales finales y una que otra mala nota, parece que todo en la vida sale mal, estaba muy irritable, enojada por todo, preocupada, distraída... me entere de cosas que no sabía, se me perdió un documento importante, incluso olvide llamar a mi mamá (suceso que desata su enojo), lloré, estuve a punto de abandonar mi carrera, en fin. Tan distraída estaba que un personaje trato de robarme ¡en mi propia cara!, me sentí mal al darme cuenta que los pasajeros a mi alrededor se dieron cuenta y no hicieron nada, solo me miraban, acto que no funciono mucho; gran error del personaje: recargarse y tratar de abrir el bolso muy rápido, lo mire durante dos segundos, tome mi bolso, lo revise, lo cerré con rabia y lo volví a mirar con todas las ganas de abofetearlo, pero ya saben, eso solo paso en mi mente, lo observe tan fijamente que no se atrevió a moverse, ni a mirarme, solo al llegar al Portal confirme que todos sabían que trato de robarme, ¿la alcanzo a robar? no dije nada porque me estaba mirando", "habían dos"... en fin comentarios, solo comentarios.


"Llevaba camisa roja, tez morena, una chaqueta impermeable enorme colgada en su morral para tratar de disimular el robo, se volvió a subir en la misma ruta de alimentador" le dije a un policía que encontré de casualidad en el portal, tratando de no dejar las cosas en el olvido, tenía rabia, algo de arrepentimiento por no arriesgarme a hacer realidad lo que paso por mi mente.


Ruta C15-Portal Suba, estación calle 40 sur, D20- Portal Calle 80, una chica de 17 años iba con su mamá y sus hermanos, estación Av. Jiménez, las puertas del bus se abrieron y ella se desmayó a mis pies, mi reacción fue levantarla, por cosas de la vida el desmayo no duro mucho, cinco segundos de susto, la mamá solo le decía "¿qué pasó?", ella solo quería salir del bus, ni se fijó en lo que había pasado y allá se quedó en la gran estación de Av. Jiménez.

En casos así me encantaría saber primeros auxilios, es la segunda vez que alguien se desmaya junto a mí, la primera vez no supe que hacer, alguien le permitió sentarse y ya.


¿hace falta arriesgarse? ¿hace falta más solidaridad, más educación?


Pregunto esto porque estamos acostumbrados a que nada malo ocurra a nuestro alrededor, o quizás creemos que nunca nos pasará algo así. Los invito a defenderse, arriesgarse, gritar y golpear. Puede sonar feo, pero en el caso del ladrón, quise tomarlo de los brazos y someterlo, cosa que no hice por mi poca fuerza y poco conocimiento sobre defensa, quise decirle "¿usted cree que yo trabajo para dejarme robar?, mírenle bien la cara a este señor..." pero no lo hice, por pena, por miedo, porque no me robo.

En esa situación se me ocurrió que todos los ciudadanos deberíamos aprender defensa personal o karate, y tener la capacidad de ayudar a otros, no quedarse callado y solo ver.


En el caso de los desmayos, deberíamos saber primeros auxilios, pues las estaciones de bus no cuentan con un enfermero, y nunca sabemos que tan grave puede ser la situación de la persona desmayada. Lo que hacemos es detenernos a mirar, crear pánico y criticar.


Seamos solidarios, no temer a ayudar, guiar a un invidente, permitir que alguien que necesita sentarse lo haga, permitir que alguien que no conoce las rutas y pregunte salga de dudas, no botar basura, para dejar descansar a quien trata de limpiar la ciudad porque cada segundo alguien es incapaz de acercarse a una caneca o incapaz de guardar el empaque en el morral, ser solidario también es hablar en voz baja, no gritar a mil voces la groserías más groseras del mundo, respetar el espacio del otro, no es necesario recostarse o colgarse de la ropa de quien está al lado; ayudar y no simplemente observar, eso es lo que hace a la verdadera "Bogotá Humana", ese lema de un mencionado alcalde de la ciudad, porque la ciudad no la hace un alcalde o el senado y la cámara, la hacemos los ciudadanos, quienes tomamos el sistema integrado de transporte todos los días, respiramos el mismo aire que quizás contaminamos, tomamos la misma agua, soñamos con la ciudad sin trancones, sin ladrones, sin cosas malas.


Sin embargo, Bogotá es bella, verano en la mañana, invierno en la tarde, festivales, arte, música, la séptima con saxofón en vivo y es un placer ser parte de la ruidosa y grandiosa ciudad que me ha dado trabajo, cosas por las que luchar, grandes amistades y la oportunidad de escribir así como lo hago ahora.


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