Lluvia...

Después de un largo día, ella observaba el arco iris, esperando al cómodo transporte que la llevaría de regreso a casa. Parecía que nadie mas había notado esos colores brillantes en el cielo, quizá la ciudad los consumía en su afán y su ruidaje; viendo el arco iris, constato que llovería.

De camino a casa, pensaba en lo que vendría y lo feliz que era, aunque, en ocasiones se veía triste detallando la ciudad a través del vidrio decorado por las gotas de lluvia.

Todos corrían, como pequeños gatitos, tratando de ocultarse del agua, sin embargo ella no corría, disfrutaba algo que comúnmente mencionan como un día feo, la ciudad se hacia fría y grisácea , pero así era hermosa, el ambiente cambiaba, parecía que la lluvia limpiaba todo lo malo, dando paso a un atardecer bañado por un sol tímido, custodiado por algunas nubes rebeldes que insistían en seguir haciendo su tarea, todo lo que veía era un día hermoso, dejaba que las gotas frías de la lluvia se deslizaran por su rostro, hasta que el ruido de unas llaves y una puerta rechinante, le dieran la bienvenida a casa.

Se encontró entonces, con una sonrisa tierna e inocente, una sonrisita que alegraba toda la casa; una familia, una deliciosa comida y libros que esperaban ser leídos en una tarde de lluvia bogotana.